Tuesday, October 13, 2009

Recuerdos Del Viejo Vecindario (2)

También en el otro piso, encima del nuestro, vivía la familia Fitzgerald. La pareja Fitzgerald tenían dos hijos, uno que se hizo Cura y el otro sufrió una crisis nerviosa, en la guerra segunda mundial. Éste era un joven guapo. A cada rato se oían los gritos que venían de su apartamento, como si el estuviera en ese momento en la guerra. Como yo era tan pequeña, me puse muy nerviosa. La pobre señora Fitzgerald sufrió mucho. Junto al apartamento de los Fitzgeralds vivía una pareja quienes a cada rato estaban envueltos en la violencia doméstica. La señora era una italiana quién se casó con un hispano durante la guerra segunda mundial. El esposo era un alcólico y siempre estaba de mal genio. Éste señor le daba con frequencia a su mujer. Se podian oir los gritos de ella por todo el edificio.

En el piso bajo de nuestro edificio, vivía una señora italiana con el nombre Maria Calabra. Ella era la entrometida y la instigadora del edificio. Cada vez que yo bajaba por las escaleras que estaban cerca de su apartamento, ella abría la puerta y me miraba en tal forma que me asustaba. Tambien vivía en el piso debajo del nuestro, una señora irlandesa a quién yo quería mucho. La señora McDonald tenía noventa años y vivía sola. Cada vez que me oía subiendo las escaleras ella abría la puerta y me llamaba. "Marian quieres una taza de te con un pedazo de dulce?" Ahora dime tu que niña va a rehusar un dulce,..por supuesto que sí. Que triste me sentí cuando la señora McDonald se cayó y se rompió la cadera y sus hijos la tenian que ingresar en un asilo de ancianos. Ella era mi amiga. Me decía cuentos y escuchábamos el radio.

Mi mamá no me permitía salir a la calle a jugar, a menos que mi hermana o mis hermanos me vijilaban. Mamá siempre me advertía de no hablar con gente estraña. Como nuestro apartamento no daba frente a la calle, mi mamá no podía echar el ojo para ver donde yo estaba, asi que yo tuve que permanecer adentro la mayor parte del tiempo. No teniendo juguetes a mi disposición, o teniendo cualquier amiga con quien jugar, tuve que recurrir a ser creativa. Las pinzas para sujetar ropa en la tendedera se hicieron mis amigas. Yo las adornaba con tela, y les contaba historias , hasta incluso les regañaba con voz atronadora, de la misma forma en que mamá lo hacía. Como amé mis muñecas de pinza. Todavía puedo recordar cómo les cantaba. Ellas eran tanto una parte de mi vida de infancia. Mis hermanos siempren estaban en la calle jugando en ese tiempo la pelota de palo con los muchachos del vecindario. Los amigos de mi hermano Arnold, se llamaban Nelson y Frankie, ellos eran puertoriquenos; Dino y Antonio, ellos eran Iialianos y Fludy Singleton, quién era un negro, y algunos otros a los cuales no me recuerdo. La familia Singleton vivía en la esquina de la calle 111 y avenida Lexington. Los amigos de mi hermano no eran una pandilla, ellos nada mas se juntaban para divertirse. ¡Hay! por poco se me olvida. El señor Morris quién era uno de los vecinos del piso bajo era un mecanico de carros y también era el vendedor local de bolitas. Siempre se veía mucho tráfico llendo para el apartamento de él para apostar. Creo que mi papa, iba con frequencia para jugar la bolita.

A continuacion: Recuerdos Del Viejo Vecindario (3)

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