El baño de nuestro apartamento era muy pequeño, solo cabía la bañera y el inodoro. La caja de agua con cadena estaba arriba del inodoro. La cocina también era muy pequeña. De lo que me recuerdo no cabía ni una pequeña mesa. Las únicas cosas que formaban parte de la cocina, era una refrigeradora de hielo, una estufa al estilo antiguo que tenía el orno al lado, y un fregadero de doble uso. El lado que era mas profundo era para lavar ropa y dar baños a la pequeñita como yo. Mamá siempre estaba doblada sobre el fregadero o la bañera, lavando ropa. Cuando el tiempo estaba bueno ella colgaba la ropa en la linea de afuera. Muchas veces, la linea de ropa estaba tan pesada, que se partía y todas las ropas se ensusiaban con la tierra de abajo. Mamá se ponía de mal humor, porque tenía que volver a lavar las ropas. Mamá no tenía un temperamento agradable, siempre estaba tan chiflada, or quejándose. Imaginate, nueve personas viviendo juntos en un apartamento tan pequeño, cualquiera estuviera de mal humor. Creo que Mamá, le gustaba cuando mis hermanos iban para la calle a jugar. Cuando era el invierno o llovía, las cosas se ponían peor, porque la ropa se tendía en la cocina, y cuando uno entraba al apartamento, tenía que pasar por debajo la linea de ropa, que estaba en frente de la puerta.
Como éramos tantos, para sentarnos en la mesa, Papá tenía que poner unas tablas de madera entre las sillas. Nadie podía hablar en la mesa, eso era una regla. Si alguien hablaba, Papá daba una mirada y sabíamos lo que eso significaba. Nosotros teníamos un ritual por todas las mañanas, una cuchara de aceite de bacalao con una raja de narranja. ¡Huy! qué horrible era el sabor. Ninguno de nosotros, se enfermaba, solamente mi hermano Micheal que siempre estaba con catarro. Teníamos las caras de gordiflones y las mejillas rosada. Cuando la gente nos veíamos siempre le gustaban pellizcar nuestras mejillas, quizás porque teníamos una aparencia saludable.
Durante la guerra mundial segunda, teníamos que cubrir las ventanas con una frisa, para que la luz de adentro no se reflejaba afuera. Mi hermano Barney era un joven menor guardian de bombardeo aéreo.
En el verano cuando hacía tanto calor y no podíamos dormir, mis hermanos arrastraban el corchón para la escalera de escape de fuego, para respirar el aire fresco de la noche. En esa epoca no teníamos avanicos. En el invierno, el radiador de vapor calentaba los apartamentos. Muchas veces el dueño del edificio, no compraba el carbon a tiempo, o era un tacaño para dar calor. Los inquilinos daban contra los radiadores, demandando el calor. Aun hoy dia, parece que nada ha cambiado, la historia se repite.Durante los años cuarentas, el edificio siempre se encontraba limpio y bien mantenido. Imaginate hasta teníamos un elevador para colocar la basura. Sin embargo, en los años cincuenta, el edificio empezó a deteriorarse. El elevador de basura no funcionaba. Algunos de los inquilinos, por no bajar las escaleras y poner la basura en los basureros, lo tiraban por las ventanas al corralón. Entonces empezamos a tener problemas serios con las ratas. Las ratas subían por el elevador de basura y hacían agujeros en la pared para entrar al apartamento buscando comida. Las cucarachas estaban donde quiera. Uno vivía en un estado de temor. Siempre se oía en el corralón a los gatos aullando o peleando el uno con el otro, cuando no estaban cazando a las ratas. Ya el hombre irlandés no venía por el corralón a cantar, quizás el murió, o tenía miedo de venir, por la presencia de la basura y las ratas. No tengo idea de cuanto mi papa estaba pagando de renta en los años cuarenta, pero sé que cuando mamá se mudó en el año 1962, ella estaba pagando $30.00 al mes.
A Continuacion: Recuerdos Del Viejo Vecindario (4)
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Tuesday, October 13, 2009
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