Tuesday, October 13, 2009

Recuerdos Del Viejo Vecindario (6)

En los años cuarenta, a pesar de los conflictos en la calle, la gente del barrio eran muy sociables. Todos sabian quienes pertenecian o no en el vecindario. En un sentido hacían el papel de vigilantes. Juan, el irlandés era el patrullero del vecindario. En aquellos dias, la policia caminaba por las calles. El siempre tenía en los bolsillos una cantidad de papeles de entrada grátis al cine, para los niños del barrio quienes eran pobre. La única vez que íbamos al cine, era cuando Papá quería estar asolas con mamá. El nombre del lugar del Cine se llamaba "Cosmo" y se encontraba en la calle 116 entre Lexington y la avenida tercera.

Junto al edificio nuestro, en la esquina de la calle 111 y la avenida Lexington, se encontraba una iglesia metodista y el nombre del ministro de aquella iglesia se llamaba El Reverendo Wilson. Este ministro era un ser humano digno de compasión que le importaba los problemas sociables del barrio. Mi hermano Arnold quién era un rebelde por naturaleza, siempre desafiaba a mi papá. Un día la policia trajo a Arnold a la casa, porque habia cometido vandalismo en la iglesia. Yo no se si Arnold aprendió de papá una lección aquél dia. El Reverendo Wilson y miembros de su iglesia eran bondadosos con mi mamá, cuando papá murió. La iglesia nos regaló una buena cantidad de comida y pagaron por dos semanas de vacaciones en la playa de Port Monmouth, New Jersey para que mis hermanos Arnold, Micheal y Daniel se devirtieran allí. El Reverendo Wilson tambien mandaba a otros ninos del barrio al mismo lugar.

Para el desayuno, todos los domingos comíamos de la panadería alemán, unos panes riquísimos. Esta panadería se encontraba en la avenida tercera entre las calles 115 y 116. También había otra panadería en el barrio, que se llamaba "Cushman" que estaba en la avenida Lexington y en la esquina de la calle 115. Papá siempre compraba el periódico del puesto de periódico que estaba debajo el tren elevado de la tercera avenida y la calle 111.

Todos los días por la manana se podía ver en la avenida Lexington, una carreta de caballo que recojía la ropa del vecindario para lavar. Mi hermano Barney se ganaba cincuenta centavos al día , trabajando desde la siete de la mañana hasta la siete de la noche, después de la depresión. En la esquina de la calle 112 y la avenida Lexington había una tienda italiana en que se vendía manjares exquisitos. María y su familia eran los dueños de aquella tienda. El pan italiano era tan fresco y el sandwich que María hacía era tan repleto que se podía dar de comer a la familia entera. Todos los vecinos del vecindario amaba a la senora María. De vez en cuando, mamá mandaba a uno de mis hermanos a comprar un sandwich. Cerca de la tienda de la Senora María, se encontraba el negocio de Santos el peletero y al lado de éste había una carnicería. Mi papá asistía a la sinagoga que se encontraba en aquel tiempo a la vuelta de nuestro edificio en el numero 162 de la calle 112, entre la avenida Lexington y tercera. Nosotros asistíamos a la Iglesia Catolica "Our Lady Queen of Angels" que estaba en la calle 113 entre las avenidas segunda y tercera.

Papá compraba ropa para mis hermanos en la tienda "Howard's Clothier que estaba en la calle 125 entre la avenida Lexington y tercera. Cuando un hermano crecía más en tamaño, entonces se pasaba la ropa de él al próximo para continuar sacando el uso. Mis hermanos mayores, eran de estatura alta y mi mamá con tanto que hacer no se molestaba en hacer el dobladillo al pantalón. Mis hermanos tenían que subirlo por la cintura y amarrarlo con el cinturón. Mi hermana Rosemarie, me llevaba siete años y era más grande en tamaño.Como yo era tan pequeñita, yo no podía usar la ropa de ella. La única vez que recibíamos un regalo, era en el cumpleaño y las navidades. Mamá siempre nos decía que eramos demasiados para estar celebrando y que deberíamos estar agradecidos por lo que teníamos.

Papá hacía lo mejor que podía para proveer por nosotros. El tenía diabetes y se estaba poniendo de mal en peor cada día. El trabajo que el tenía, lo estaba cansando mucho. En fin Papá tuvo que dejar el trabajo . Mamá entonces tenía que ir a trabajar, limpiando oficinas de noche en el edificio Rockefeller Center. Si mamá antes estaba siempre de mal humor, era más peor ahora. Todos nosotros tuvimos que salir de su camino, o sufrir las consecuencias. Por lo natural, mi mamá no era una persona afectuosa. Jamás recuerdo alguna vez de que me diera un beso o un abrazo como niña o adulta. Crecí sintiéndome rechazada. Mamá no me amaba, pero sí me controlaba, y si ella me amaba no sabía mostrarlo. A veces sentía que ella descargaba su enfurecimiento solamente en mí. Como recuerdo su tiramiento de mis trenzas, seguidas a veces con una bofetada fuerte o de reprenderme de una manera áspera, que siempre traía lágrimas a mis ojos. Ahora que pienso en el, ninguno de nosotros era el favorito de mi Mamá excepto mi hermano Daniel quien tenía dos años más que yo. El era la adoración de mi mamá .Empecé a sentir resentimiento hacia el. Sentía a veces como si yo fuera un embarazo no deseada, ya que yo era la última para nacer. Tal vez esta es la razón por qué mis muñecas de pinza llegaron a ser tan preciosas para mí.

A Continuacion: Recuerdos Del Viejo Vecindario (7)

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