Mientras que los fenómenos de una crisis y sus consecuencias acompañantes se reconocen generalmente, la variedad más amplia de opinión existe en cuanto a las causas de tales disturbios económicos. Los escritores son propensos para poner la tensión sobre condiciones locales o temporales, y generalizar de ellos. En verdad, los fenómenos de una crisis son tan complejos, y las condiciones que pueden agravarlo tan numeroso, que no es de extrañar que este último sea considerado como causas principales.Por lo tanto, la especulación, la moneda, la tarifa, malas cosechas, se han hecho responsables de la crisis.Estos son fuerzas concomitantes que son frecuentes impulsando una crisis,p ero las crisis son tan numerosos que debe haber alguna causa más profunda.
Se ha notado ya que los pánicos son más severos en los países más avanzados y los que se estan desarrolando rápidamente. Ellos son por lo visto un incidente de una organización económica que cambia.Las naciones inmóviles no los sienten. Un cambio de la organización económica de una nación no es el resultado de plan, pero el resultado de la iniciación individual en el comercio y la industria. La adopción de la nueva maquinaria, la nueva energía motiva,y nuevos medios de la comunicación desplaza el viejo, y hace que algunas partes de capital inútil.Este desperdicio de capital, y su absorción en las empresas no inmediatamente remuneradores, disturba las relaciones normales del capital al empleo y causa crisis.
Llegamos, en fin, a la conclusión de que las crisis son causadas por la falta de coincidencia en las leyes de crecimiento, de producción y consumo. Los cambios en el anterior son rápidos, los de la última lenta y gradual.La producción está siempre propenso a avanzar más rápidamente que el consumo.Esta proposición parece en contradicción con las teorías aceptadas de la economía política, pero en realidad se armoniza con ellos. La lucha por la existencia que se encuentra en la raíz de la vida económica es un concurso entre las limitaciones de la naturaleza y el potencial de consumo, que es ilimitado.Sin embargo, el consumo y las posibilidades concretas de consumo son dos cosas diferentes.
En efecto, parece que nos acercamos a la proposición familiar que las crisis son causadas por la superproducción. A esta proposición le han opuesto enérgicamente aquellos que la han tomado en un sentido absoluto, y se han rebelado en la idea que la producción podría superar alguna vez las necesidades del hombre, como la implicación de la incapacidad del hombre del desarrollo adicional. Pero si entendemos la superproducción como una distribución falsa de productos sobre una serie de años en comparación con el consumo actual del hombre, y una opción falsa de objetos de la producción en comparación con el consumo potencial del hombre, no tenemos que rebelarnos en la declaración que la superproducción---a lo largo de ciertas líneas---es la causa de la crisis.Tal declaración de las causas de la crisis parece que carecen de la precisión que caracteriza a la atribución definitiva de los fenómenos de crisis, pero hay que recordar que más complejo los fenómenos para ser explicados, más general debe ser, por necesidad , ser la causa a la cual ella está atribuida.
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Tuesday, August 18, 2009
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