Sunday, May 2, 2010

Repasando Los Años Cincuenta en Spanish Harlem, New York (3)

( A continuación de la página: 2)

En “El Barrio” de los puertorriqueños, de lejos se podía oir la música Latina rítmica ruidosa, que inundaba la atmósfera desde las ventanas abiertas y las puertas de las viviendas penetrando los oídos de los oyentes renuente. Los puertorriqueños siempre han amado su música y bastante en ese entonces e incluso ahora, aunque esten cocinando, lavando la ropa, limpiando la casa o conduciendo un vehiculo. Hay algo en la pulsación de la música latina que llega a la profundidad de su propia alma. Su estilo de las composiciones musicales increíblemente ricas en variaciones latinas de tono, mezclan los ingredientes básicos de rítmo, melodía, y la armonía cuyo sonido se refleja por uno o más instrumentos que pueden incluir trompetas, trombones, saxofones, piano, tambores, maracas, cencerros y guitarras. Para muchos de los puertorriqueños en "El Barrio", el baile era un escape de las frustraciones de sus vidas diarias. " No importaba lo cansado que se sentian o lo mal que sus vidas estaban, tan pronto sus cuerpos fueron llevados por el ritmo apasionado se sentian rejuvenecidos, bailando hasta que no podian más.





Y siguen bailando los puertorriquenos desde los cincuenta , con el merengue, la salsa y hasta ahora con "La Bachata " un baile bastante sensual que es muy popular desde el 2000 entre todo el pueblo latino y otras nacionalidades..

Vea La Bachata : "caliéntalo, y menéalo.

Durante los años cuarenta y cincuenta hubo una popularidad creciente de la música latina de baile. Los bailarines latinos de todas partes de "El Barrio," acudían al "Park Palace Ballroom que se encontraba en la calle 110 y la Quinta avenida, El Caborojeño y el Broadway Casino, dos salones de baile que eran popular en la parte oeste de Manhattan, el Palladium Ballroom en el centro de Manhattan, la Gran Plaza y la Tropicana en el sur del Bronx o podian ir al Roseland Ballroom que estaba en la calle 51, aprovechando de sus martes Latino que siempre estaba repleto para una noche de rítmo latina excitante. Mientras los músicos tocaban sus instrumentos a los grandes nombres en la música latina, "las parejas" con sus pieles enrojecidas con sudoración daban vueltas alrededor del uno al otro por todo el salon de baile. Sus caderas y hombros meneandose en el tiempo, y los pies marcando el rítmo de la música a "los boleros, las rumbas, guarachas y el mambo, los pisos estremeciendose bajo el movimiento de sus cuerpos. El joven mujer latina tetona calentaba la atmósfera a medida que se movia de una manera seductora, meneando sus caderas y nalgas voluptuosas al ritmo de los tambores. De vez en cuando un piropo presentada por otro bailarín masculino en estado de embriaguez, causaria una confrontación verbal entre ambos hombres , terminando en una pelea callejera de navajas y botellas rotas mientras otros apresurarian a su defensa. Desafortunadamente, para el pueblo de "El Barrio" nunca hubo un momento aburrido, incluso cuando querían pasar un buen rato.

Los de "El Barrio," que no iban a los clubs nocturno, se quedaban en casa y tenian sus fiestas escandalosas los fines de semana. En las noches de calor insoportable muchas familias se sentaban en las escaleras de la entrada al edificio y se pasaban horas hablando y riendo a todo lo que da hasta casi el amanecer irritando a los vecinos que querían dormir.

A continuación vea la página 4:

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